sábado, 21 de enero de 2012

Las cenizas de Ángela


  • Angela's Ashes
  • Frank McCourt [EU-Irlanda]
  • Primera edición: 1996
  • Novela/Memorias


“Cuando rememoro mi niñez me pregunto como sobreviví. Fue, claro, una infancia miserable: la infancia feliz difícilmente vale la pena para nadie. Peor que la infancia miserable común es la infancia miserable irlandesa, y peor aún es la infancia miserable católica irlandesa.”

Este libro también lo descubrí por una película. Cuando la empecé a ver ya había iniciado y no comprendía gran cosa, sin embargo llamó mi atención por que la madre del personaje principal se llamaba Ángela, igual que yo. La terminé de ver sin ninguna sensación en particular, me había gustado pero no demasiado. A decir verdad me pareció muy triste y justo cuando iba a cambiar el canal me encontré en los créditos que estaba basada en un libro: “Angela’s Ashes”. Busqué un poco en Internet pero no encontré mucho, sólo que era autobiográfica y que el autor había muerto en 2007. Pero el saber que eran las memorias de alguien, memorias tan tristes, hizo que no olvidara el nombre. Lo llevaba seguido en mi mente, lo busqué en un par de librerías, pero abandoné la búsqueda después de un tiempo. 

Él vino a mí. Apareció un día en que fui a buscar, con un amigo, un libro para la escuela. No tenían el libro, era “Lírica Griega Arcaica” y aunque no quería gastar el dinero que llevaba decidí husmear un poco. Ya había elegido dos títulos, uno de Henry Miller y otro de no recuerdo que autor, y justo cuando me daba por bien servida: lo vi. Estaba a tan sólo dos libros de distancia del de Miller. Con una portada no muy llamativa, incluso el título se ve pequeño. No lo dude mucho, a decir verdad nada. Llevaba el dinero justo. Lo empecé ese mismo día. 

Si bien la película es buena, no refleja la intensidad del libro. Es un sarcasmo dividido en 19 capítulos. El principio es contado por un niño que no entiende por qué se van de América; por qué nadie los acepta en Irlanda; por qué su padre no consigue empleo y se bebe el dinero del subsidio, para llegar en la noche con un penique para aquel que esté dispuesto a morir por Irlanda; por qué su madre debe pedir botas nuevas a la caridad. Viviendo entre la miseria, el miedo a la tisis, a la tuberculosis y los golpes de aquellos profesores que te regañan si no hablas irlandés, si no sabes que Euclides fue el hombre más grande de todos los tiempos. Viendo a sus hermanos morir, por aquella humedad del río Shannon. 


“El maestro dice que morir por la fe es una cosa gloriosa y papá dice que morir por Irlanda es una cosa gloriosa y me pregunto si en el mundo habrá alguien que quiera que vivamos. Mis hermanos están muertos y mi hermana está muerta y me pregunto si murieron por Irlanda o por la fe. Papá dice que eran demasiado jóvenes para morir por algo. Mamá dice que fue por la enfermedad y el hambre y porque él nunca tiene trabajo. Papá dice: ay, Ángela, se pone la gorra y sale a dar una de sus caminatas.” 

Yo sé que puede sonar como un libro muy triste, pero la verdad es que reí mucho. Es una manera de hablar de la vida sin importar los traspiés que das en ella. Nadie cuenta una buena historia con aquello que hubiera deseado vivir, sino con el dolor que hubiera preferido evitar. Leer la infancia y juventud de McCourt es tener a Irlanda frente a nosotros como lo que fue: un abismo húmedo como coladera, católico hasta la raíz, desempleado y con un fuerte resentimiento hacia los ingleses. La magia de todo esto es que muchas veces no supe si reír o llorar; siendo honesta en su mayoría reí. 

Es una historia de supervivencia, de esperanza y de lucha, contada con puro humor negro. No te da pie para que sientas lástima, pero las imágenes y las descripciones rondan en tu cabeza por días. Aprendí música, historia, un poco de geografía e incluso religión. 

“La lluvia nos hacía entrar a la iglesia: nuestro refugio, nuestra fuerza, nuestro único sitio seco. […] Limerick tenía fama por su piedad, pero sabíamos que era sólo la lluvia.” 

Lo terminé y lo releí por partes. Las palabras combinan, porque son precisas, no adornan de más, no tiene falsos colores. No es aquella historia en la que el joven llega a América con dos centavos en el bolsillo y se vuelve lo suficientemente rico como para poder ser sepultado en un ataúd de ébano. No. Es aquella historia detrás de la historia, aquella en donde las personas de verdad sufren en la injustica de un mundo de verdad. Aquella donde las creencias y las tradiciones son un clavo ardiente clavado en los corazones, no permite paz ni descanso. Aquella donde la muerte se vuelve algo usual. No sé explicar del todo la fuerza de este libro; como ya dije es una ironía extensa. Es una lucha con el carnicero por una lengua de cordero, es un tío al que dejaron caer de cabeza, es un ataúd blanco con marcas de vaso de cerveza, es un abrigo rojo de Brooklyn, es poesía inglesa, es Shakespeare, es un chelín de propina, es un caballo muerto, es recibir la sagrada comunión, es un olor a moho. 

Es una canción irlandesa… 

“Oh, the nights of the Kerry dancing, oh the ring of the piper’s tune
Oh, for one of those hours of gladness, gone, alas, like our youth too soon 
When the boys began to gather in the glen of a Summer night
And the Kerry piper’s turning made us long with wild delight…”

Editorial Verticales de Bolsillo
Disponible en:
-Gandhi: $131
-El Sótano: $149
-Fondo de Cultura Económica: $149 

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