jueves, 4 de abril de 2013

Escritor del mes: Los Hermanos Grimm



He de admitir que me hallo en problemas para hacer esta biografía. No es por falta de material o interés, sino porque Jakob (1785-1863) y Wilhelm (1786-1759 —ambos nacidos en Hannau y fallecidos en Berlin) Grimm no fueron propiamente escritores. Eso me limita un poco, pero por otro lado me da una historia que contar. Cuando somos pequeños, y digo esto sin miedo a equivocarme, los cuentos de los hermanos Grimm siempre están presentes en un volumen grande, de pasta dura, ilustrado con aparentes acuarelas. Incluso aquella gente que no gusta de la lectura puede recitar la trama de Blanca Nieves o Cenicienta sin problema alguno. Mas cuando uno crece y comienza a interesarse por otros libros, es imposible pasar por alto que se dice excepcionalmente poco acerca de esos “Hermanos Grimm” quienes firman tantas de nuestras historias predilectas. Cuando uno lee cuentos de pequeño, pregunta cosas sobre ellos, pero también sobre los autores. Y Julio Verne le atinó por casualidad a la velocidad adecuada para escapar de la atmósfera terrestre; y Oscar Wilde fue llevado ante la justicia por ser demasiado libre para su época. Pero no hay datos así de los Grimm. ¿Qué decir sobre ellos, entonces?

Los Hermanos Grimm son uno de esos casos raros en la historia de la literatura en los que el legado es todo lo que hay que decir sobre el artista; ambos se conjuntan de manera intrincada e irresoluble. ¿Y cuál es ese legado? ¿Cuentos bonitos? Sí, claro, en parte. Muchos de nosotros no estaríamos ahora aquí, hablando y leyendo sobre libros, si sus historias no nos hubieran seducido hacia el arte narrativo. Pero también está el porqué de los cuentos bonitos, y el hecho de que esos volúmenes grandes e ilustrados que hay en nuestras casas a menudo no contienen las versiones originales de los Grimm. La motivación de los hermanos era más cultural que artística, pues buscaban recopilar —no crear— las historias folclóricas de Alemania. El problema es que el folclor cambia y se adapta de acuerdo a cada contador de cuentos. Los burgueses no incluirán demasiada vulgaridad, mientras que los populares se desvivirán en describir el sexo y la violencia con pelos y señales. El trabajo de los Grimm era crear una versión estándar del cuento en turno, y era una misión realmente dura. Tanto así que, aun hoy, es difícil ponerse de acuerdo sobre cuál versión del cuento (los editaban varias veces) es la más fiel y completa.
 
Cuando se verificó la boda, fueron las falsas hermanas a acompañarla y tomar parte en su felicidad, y al dirigirse los novios a la iglesia, iba la mayor a la derecha y la menor a la izquierda, y las palomas que llevaba la Cenicienta en sus hombros picaron a la mayor en el ojo derecho y a la menor en el izquierdo, de modo que picaron a cada una un ojo; a su regreso se puso la mayor a la izquierda y la menor a la derecha, y las palomas picaron a cada una en el otro ojo, quedando ciegas toda su vida por su falsedad y envidia.


En caso de que no lo conocieran, he ahí el final que los Grimm en verdad dieron a Cenicienta en su primera edición de cuentos, en 1812. De ahí a 1857 se publicaron 7 ediciones distintas de la colección. Algunas servían mejor a los fines recatados de la burguesía, mientras que otros suavizaban los actos de sexo y violencia para que niños pudiesen leer el libro. Porque han de saber que no siempre fue así; el fin de la primera edición era la divulgación cultural y filológica, no el entretenimiento infantil. De este modo, y ya que los Grimm a menudo recolectaban sus historias de las lenguas crudas de plebeyos, Rapunzel y su Príncipe tenían un encuentro sexual explícito en lo alto de su torre, y la princesa de La princesa y el sapo no besaba a su animalesco príncipe, sino que lo estrellaba contra la pared. Otros cuentos, como el brevísimo Dios te socorra (link al final), son de una resequedad y crueldad que caracteriza a las leyendas didácticas de tiempos medievales más que a las historias lindas que un niño recibe antes de dormir. Pareciera ser que se dieron cuenta del potencial infantil y artístico de estas rudas historias con el pasar de los años, ya que los editaron de manera incansable —algunas historias recibieron un tratamiento tan extensivo que terminaron por ocupar el doble de espacio en la edición del ‘57 que en la del ‘12.

Entonces, ¿qué pensar de los Hermanos Grimm? Es cierto que los elegimos como escritores del mes porque abril es mes de cuentos e historias cortas; cosa que es inseparable de los Grimm, a pesar de que no crearon sus historias. Quizá lo más lindo es considerar por qué, cuando estábamos ante la hoja de papel que lleva nuestro calendario de escritores, cuando llegamos a abril supimos que ellos eran la primera opción. Puede ser que no sean los mayores artistas de la pluma, ni hayan creado sus tramas con su propio poder imaginativo, pero tienen una relevancia literaria y espiritual innegable. Literariamente, forman parte esencial de la cultura folclórica y lingüística alemana (intentaron también publicar un monumental diccionario, pero murieron antes de acabarlo del todo) y de la tradición del cuento universal, así como del romanticismo de su época, ya que sus historias provienen del ambiente bucólico y medieval que tanto atraía a Byron, Goethe y compañía. Y la influencia espiritual, bueno, es está en todos nosotros…

No sé qué hayan sentido ustedes cuando descubrieron las versiones originales de los cuentos de los Grimm. Por mi parte, al principio me dolió la infancia un poco, pero después supe que no importaba tanto. El hecho de que las hermanastras de Cenicienta sean atacadas por palomas sanguinarias pre-Hitchcock no arruina los momentos de mi infancia en que me entretuve leyendo el cuento en su versión infantil posterior. Al contrario. El hecho de que las historias de los Grimm sean parte del folclor significa que han sobrevivido por siglos de boca en boca, y por lo tanto pueden soportar cualquier cambio, adición o reinterpretación. Son universales y me atrevo a decir que inmortales. Y sea que seamos adolescentes/adultos cínicos y busquemos reírnos un poco de desgracias sangrientas, o que seamos infantes descubriendo los caminos de la fantasía y el romance clásico, los Hermanos Grimm dejaron un legado que nos acompaña, siempre, como un halo de polvo misterioso y mágico que circundara a un bosque, un castillo, una manzana, un beso.

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